En las culturas ancestrales, formaba parte de las actividades reservadas a la mujer, encargada de todas las labores relacionadas con el cuidado y mantenimiento domestico. Aun hoy podemos verlas, en lugares del mundo donde el tiempo parece haberse detenido, llevando cántaros de agua o cestas cargadas de ropa recién lavada. Por otra parte también era – y aun lo es – una práctica habitual para transportar productos destinados al mercadeo. Seguro que su imagen te resulta familiar, vinculada a ferias y mercados populares; mujeres portando grandes canastas sobre su cabeza, con alfarería, flores, cestería, así como todo tipo de alimentos.
Muchos son los nombres con que se las conoce, por dejarte algún ejemplo, en Lisboa se les llama Varinas, en Colombia Palenqueras , así como Kayayo en algunos países africanos …
Comienzo el otoño con una agradable sensación; mi vena creativa parece haberse fortalecido, quizá enriquecida e inspirada por el descanso que el verano me ha propiciado. Esto es algo que sucede sin que uno lo pretenda, de la misma manera que algunas veces ocurre lo contrario. Porque la sensibilidad se alimenta de cualquier estímulo, y lo hace de un modo tan caprichoso, que no hay forma de intentar controlarla. Creo que en esto último radica la clave de su frescura, como siempre; tan simple y tan complejo.
Mi «Varina» ya forma parte, también, de ese puñado de diseños a los que me gusta referirme como «mis genuinos». No solo por el hecho de tratarse de una pieza elaborada a mano, y por lo tanto, exclusiva, sino sobre todo, porque en ella hay mucho de mi; de esa manera peculiar en que se manifiesta mi creatividad.
Disponible en Tienda Online. En la cabecera de este post y bajo estas líneas te he dejado el enlace.
Muchas gracias.