Como sabes, hace solo unos días yo también decidí unirme al reto #quedateencasa. De entrada di por hecho que esto supondría echar el cierre temporal a la faceta online de mi trabajo. Sin duda me precipite, porque si bien es cierto que en los últimos días mi actividad se ha visto alterada – debiendo adaptar mi disciplina a una rutina diferente – no lo es menos que con todo, ha sido mi vena creativa la que ha conseguido mantenerme a raya. Ella sabe que dejaría de ser yo si bajase la guardia, y no quiere permitírmelo. Esto es algo que nos ocurre a un puñado de privilegiados, esos que realmente sentimos pasión por lo que hacemos hasta el punto de no poder desvincular nuestra faceta personal de la profesional, porque en definitiva son la misma cosa.
He estado dando vueltas a una idea que me ronda desde hace mucho, y que hasta ahora siempre acababa arrinconando por falta de tiempo. Me gustaría poder hablarte de mis diseños desde un punto de vista diferente ¡son tantas las cosas que uno siente al crear!
Además me ocurre que, como soy comunicativa por naturaleza, eso de limitar mis post a presentarte una pieza recién salida del horno, me sabe a poco. Inevitablemente me quedo con cierta sensación de frustración, por todo aquello que me gustaría compartir contigo y no hago.
En cada diseño hay mucho de mi:
¿Qué ha sido lo que me ha motivado? con frecuencia la respuesta está en la calle, porque todo lo que me rodea, es fuente de inspiración…
¿Cómo procedo? teniendo en cuenta que casi siempre padezco auténticas avalanchas de ideas que debo organizar y priorizar…
¿Cuáles considero que son los fuertes de mi peculiar modo de hacer? ¿Por qué me empeño en buscar el equilibrio y la armonía mediante un lenguaje de composiciones asimétricas? Esto tiene mucho que ver con mi carácter, estrictamente ordenado. Mi creatividad me obliga a asumir que en el desconcierto también puede haber belleza, e incluso otro modo de entender el orden…
En definitiva, un sinfin de anécdotas y curiosidades vinculadas a esas largas jornadas de trabajo en mi taller.
Todos somos creativos en mayor o menor medida, pero algunos, por imperativos de sus disciplinas diarias u otras circunstancias, han dejado caer esa faceta en desuso. Esta podría ser una buena oportunidad para activarla, solo tienes que querer. No pierdes nada por intentarlo:
«En los momentos de crisis, solo la imaginación es más importante que el conocimiento»
Albert Einstein
Si te apuntas, me gustaría ayudarte.
¿Empezamos?
¡Genial, gracias!
Ilustro este post con “Solo Nero”, una pieza que encierra muchas de mis emociones.